El 17 de marzo de 2005, la protectora El Refugio rescató en Becerril de la Sierra a Raysa, una perrita abandonada junto a sus tres cachorros (Aretha, Ella y Redin). Al mes siguiente, Aretha fue adoptada por una familia que dos años después tuvo a su hija Paula. La felicidad reinaba en esta familia hasta que a Belén, la madre, le diagnosticaron una grave enfermedad, que tras largos y difíciles tratamientos, no pudo superar. Aretha siempre había sido su perrita del alma, eran como un mismo ser, y su pareja le confesó que si algún día ella faltaba, no se sentía emocionalmente capaz de seguir teniendo a Aretha. Fue entonces, antes de partir, cuando Belén y su pareja fueron con Aretha a la protectora El Refugio, quienes comprendieron la situación y acogieron de nuevo a la perrita para encontrarle otra familia de adopción.
Durante todos esos años, en otra parte de Madrid, vivía otra familia feliz compuesta por Ana y Marcos, su hija Ainara y su abuelita Choli. Siempre han sido grandes amantes de los perros y han adoptado a varios perros mayores, por entender que son los que más necesitan una oportunidad. Lo bonito de toda esta historia comienza al saber que Ainara y Paula siempre han sido compañeras en el mismo colegio, donde también eran profesores los padres de Paula. Esta circunstancia es la que propició que Ainara conociese a la perrita Aretha, de todas las veces que iba a casa de Paula, a visitar a su amiga o celebrar sus cumpleaños, y sentía mucho cariño por la perrita.
El otro día, Ana conoció lo que había sucedido a través del vídeo que El Refugio publicó buscando nuevos adoptantes para Aretha. Al instante las familias se pusieron en contacto y la familia de Ainara, de forma unánime y muy sentida, ha decidido adoptar a Aretha. El encuentro ha tenido lugar esta mañana en el Centro veterinario de El Refugio y ha sido muy emotivo. Ainara ha decidido hacerse socia de El Refugio, al conocer que podía hacerlo con su propia paga , desde tres euros al mes.
Tanto ellos, como Paula y su padre, están muy felices de que la vida haya querido que la historia de Aretha tenga un desenlace tan bonito. Ahora Paula podrá ver a Aretha siempre que quiera, a la vez que a su amiga y compañera Ainara.
“Todos los que hemos sido testigos de este encuentro nos hemos emocionado mucho, no puedes dejar de sentir que algunas historias de la vida están de alguna manera predestinadas. Nos sentimos muy felices de que la historia de Aretha haya tenido un desenlace tan bonito, y queremos animar a todo el mundo a que adopte perros mayorcetes, porque el amor que entregan es una pasada y merecen una oportunidad más que nadie”, ha declarado Nacho Paunero presidente de
Organización El Refugio