Antes de nada, queremos trasmitiros que tenemos el alma completamente rota. A lo largo de 25 años, hemos llevado a cabo miles de adopciones de perrillos y gatitos a los que pudimos rescatar del abandono y el maltrato. La práctica totalidad de ellas fueron satisfactorias. En muy rara ocasión no es así, y el pequeño al que habían adoptado, vuelve a nuestros brazos para intentar encontrar una segunda adopción para él. El caso que desgraciadamente tenemos que contaros hoy, es uno de ellos, pero por partida doble. Ojalá nunca hubiésemos tenido que escribir esta historia, pero no nos queda más remedio que hacerlo porque este caso requiere más ayuda que ningún otro, y con carácter muy urgente.
Esta es la historia de Eco. A este amor lo rescatamos el 27 de noviembre de 2009 junto a su hermana Sisha, con un mes de edad, entre las vías del tren situadas en la estación de Marañón (Ciudad Real). En marzo de 2010, Eco es adoptado por una familia; desafortunadamente, seis meses más tarde, nos lo devuelven aludiendo que era muy nervioso, y les había roto alguna cosa de la casa. Eco volvió a nuestro centro de adopción. Pasó un año y nadie se interesó por él. Pasaron dos años y muchos compañeros suyos fueron adoptados, pero él no. Pasaron 4, pasaron 6, pasaron 8, y pasaron 10. Efectivamente, a largo de 10 años nadie quiso adoptar a Eco. Hastaque en diciembre de 2020 Eco fue adoptado de nuevo por una persona que nos preguntó: “De todos los perrillos que tenéis en vuestro centro de adopción, ¿cuál es el que más necesidad tiene de ser adoptado?”. Y adoptó a Eco. Todo iba bien, pero el destino complicó la vida de esta persona hasta tal punto que recientemente, nos pidió que acogiésemos de nuevo a Eco porque ya no podría responsabilizarse de él.
En este punto, cualquiera podría pensar que este pobre perrillo no ha tenido buena suerte en la vida; pero, por si fuera poco, una traicionera afección en sus ojos ha ido produciendo paulatinamente una pérdida de visión que, a día de hoy, lo ha dejado completamente ciego.
Como podréis comprender, estamos todos con el alma encogida. Necesitamos para él más ayuda que nunca. Nos hemos dejado la vida intentando encontrar una casa de acogida para él, pero no la hemos conseguido. Necesitamos ayuda, ya no puede estar en nuestro centro de adopción. Eco necesita el abrigo de un hogar que le permita sentirse seguro dentro de un entorno pequeño que él pueda controlar, dada su incapacidad para ver.