Historias como las de Blinder y Pisper nos reafirman en la creencia de que “el espíritu de la Navidad” tiene la capacidad de hacer realidad algunos sueños. Dos cachorros de galgo fueron abandonados, macho y hembra, todo apunta a que eran hermanos. La perrita, Blinder, estaba ciega y él, Pisper, no se separó de ella ni un solo instante, asumiendo el papel de guía y protector.
La casualidad quiso que en su vagar, rondasen una casa en la que, en su día, un grupo de mujeres en apuros, hallaron la ayuda que necesitaban. Es una casa de acogida para mujeres maltratadas en Navalcarnero (Madrid). Una de ellas se apercibió de su presencia y observó que caminaban muy juntos, y uno de ellos lo hacía de forma titubeante. Al acercarse, pudieron comprobar que ella estaba ciega y que los dos tenían tanta hambre como miedo. Les dieron comida, agua, mucho amor, y les construyeron una casita provisional con camita incluida, mientras localizaban a alguien que pudiera acogerlos.
Contactaron con nosotros y desplazamos un equipo para rescatar a los pequeños. Tras la primera exploración en nuestro centro veterinario, comenzamos a administrar a Blinder el tratamiento que podría permitirle recuperar la visión, y empezamos a difundir el caso para encontrar adoptantes para ellos.
La noticia corrió como la pólvora y recibimos respuesta desde diferentes puntos de toda España, así como desde Paris (Francia) o Como (Italia), interesándose por adoptar a los pequeños. La casualidad también quiso que Cristina y Sergio, una encantadora pareja que vive en Madrid con sus tres hijos y Puk (su perro labrador de 10 años) , tomaran la decisión de adoptar a los dos juntos. Y así ha sido, Blinder y Pisper estarán juntos para siempre en el seno de una familia que respira amor y diversión por los cuatro costados, y nos felicitan la Navidad a todos desde su nuevo hogar. Por último, la casualidad también ha querido que Blinder, que acaba de recuperar la visión, sea la nueva compañera de Puk, el labrador de la familia que paradójicamente está quedándose ciego. Quizás “el espíritu de la Navidad” haya querido que ahora sea Blinder la que pueda guiar y proteger a Puk.
Una historia tan sorprendente como enternecedora, que nos hace creer que la magia de la Navidad puede hacer que algún que otro “imposible” se convierta en realidad.
“La historia de Blinder y Pisper ha sido muy emocionante de principio a fin. No suele ser muy habitual que se produzca una adopción doble, y nos sentimos muy felices de ver que estos dos galguitos nos felicitan la Navidad desde su nuevo hogar, junto a una familia maravillosa con la que jamás les faltará amor a raudales. Para los que formamos parte de El Refugio, esta historia ha conseguido que esta Navidad sea realmente feliz, y aprovechamos para desear lo mismo a todo el mundo: ¡Feliz Navidad!”, declaró Nacho Paunero (Presidente de El Refugio).