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Dos perritas especiales buscan familia.

04/09/2021

Varios años han de pasar para abandonar la tierna infancia y abrazar la juventud. Pocas semanas serán las responsables de verte convertida en manzana, si eres flor; y si naciste noche, tan solo unas horas bastarán para transformarte en día. Sin embargo, existe un proceso transformador vertiginosamente rápido, como la cola del rayo, como la lengua del camaleón; es aquel que se produce cuando nos enamoramos.
 
El enamoramiento, desde el punto de vista bioquímico, se trata de un proceso que se inicia en la corteza cerebral, pasa al sistema endocrino y se transforma en respuestas fisiológicas y cambios químicos ocasionados en el hipotálamo mediante la segregación de dopamina.Ocurre, ocasionalmente, cuando conocemos por vez primera algo o alguien, y sin previo aviso, de forma incontrolable, se produce el flechazo: ¡acabas de enamorarte!
 
Te puede ocurrir con un paisaje, una actividad, una melodía, unos zapatos, un aroma, una casa, o por supuesto, también otro ser. En este caso, nuestro último enamoramiento se ha producido con dos perritas, y tenemos que agradecérselo a Azu (habitante, junto a su pareja, de una pequeña localidad cercana a Sepúlveda). En un lugar con tan solo 26 habitantes, la aparición de cualquier visitante es un acontecimiento. Hace pocos días apareció en la Plaza una mastina de paso lento, mirada dulce, y afán de restregarse con todo aquel que por allí apareciese. En pocos minutos, la perrilla estaba tumbada en el suelo, rodeada por un corro de personas, que era medio pueblo.
 
Dos perritas especiales buscan familia.
“¿Y de dónde ha salido esta perrilla?” “¿Es la del Anselmo?” “No, la de Anselmo es marrón”. “¡Pues anda que no tenía hambre la pobre, mira cómo se ha comido todo lo que le has puesto!”. “Pero mírala, si no se puede ser más buena”. Y es verdad, no puede ser más buena. Azu y su pareja llevan años reconstruyendo una casa de principios del siglo pasado y, a su pesar, no tienen las condiciones adecuadas para quedarse con ella, pero sí adquirieron con ella el compromiso de ayudarla a salir de su situación de abandono. Agradecemos mucho a Azu que pensase en El Refugio como el equipo de personas adecuado para hacerlo. Este es el momento en el que conocimos a “CORAZÓN”, y es que tras pocos segundos de tener su cara entre mis manos y mirarla a los ojos, y comérmela a besos, le dije: “¿Pero de dónde has salido tú, Corazóóón?”. Y en ese mismo instante es cuando se produce en mí el enamoramiento fulminante, y a su vez esta perrita escucha pronunciar, quizás por vez primera, su nombre: ¡CORAZÓN!
Dos perritas especiales buscan familia.
Dos perritas especiales buscan familia.
Dos perritas especiales buscan familia.
Segundos después de hacer esta foto, cogí a Corazón entre mis brazos, la senté en el asiento de atrás de la furgoneta, y la aseguré con dos puntos de anclaje. Al arrancar, miré por el retrovisor sabiendo perfectamente lo que iba a ver. En ese momento, todos los perrillos que rescatamos, se quedan mirando a través de la luna trasera, viendo cómo se alejan de aquel lugar en el que fueron rescatados. Es un momento muy especial, porque siempre siento que ellos saben que dejan atrás un pasado en el que no fueron queridos, y avanzan hacia un presente futuro en el que sí lo serán. A ese momento lo llamo “El abandono del abandono”.
 
Siguiendo el coche de Azu, nos dirigimos a una finca cercana para intentar localizar a otra perrita que apareció pocos días después que Corazón y también se quedó por el pueblo, disfrutando de ratos de juego con la mastina, y del rico alimento que le proporcionaban. Parecía muy cariñosa, pero era más desconfiada que Corazón. La vimos tumbada a la sombra de unos robles, y Nacho comenzó la aproximación, con las armas reglamentarias del rescatador: una correa, paciencia infinita, y un buen paquete de jamón. La perrita era un bombón. Una cachorrita con rasgos de pastor belga, y tanta hambre de mimos como de chicha.
 
Dos perritas especiales buscan familia.
Esto propició que en pocos minutos se encontrase entre las piernas de Nacho, como si hubiese estado con él toda la vida. ¡¡Qué cosa más linda y más tierna de perrita!! Y fue aquí, al coger su carita entre mis manos y mirarla a los ojos, cuando se produjo el segundo enamoramiento del día: “¿Pero quién eres tú, cosita linda?”. Según finalicé la pregunta, un nombre cruzó mi pantalla mental. “¡NADIM! Tú eres Nadim”.
 
Dos perritas especiales buscan familia.
Dos perritas especiales buscan familia.
Dos perritas especiales buscan familia.
Nadim y Corazón volvieron a juntarse, esta vez en el asiento trasero de la furgoneta. Mientras nos alejábamos, miré por el retrovisor y vi a las dos perritas mirando por la luna trasera, viendo cómo las figuras de Azu y su chico despidiéndonos con la mano, se iban haciendo cada vez más pequeñitas. Ya de vuelta hacia nuestro Centro de adopción, mientras atravesábamos los alucinantes cañones de piedra que el Río Duratón ha ido esculpiendo a lo largo de cientos de miles de años, pensaba en el gran placer que para mí había significado poder conocer a personas tan buenas y generosas como ellos, y haber podido finalmente rescatar a estos dos súper amores. Sentí que esa furgoneta iba cargada de ingentes cantidades de paz, amor y buena suerte.
 
Y precisamente eso es lo que recibirán quienes las adopten. CORAZÓN tiene 9 meses y NADIM tiene 7 meses. Dos cachorritas adorables, buenísimas, obedientes, sociables, alegres; en fin, que quien nos escriba un e-mail a adopta@elrefugio.org para decirnos que quiere adoptar a alguna de las dos, o a las dos juntas, va a recibir un excepcional regalo de la Madre Vida. ¡Seguro!
 
Corazón y Nadim, nos tenéis a todos enamorados, y sabemos que muy pronto estaréis en casita con la familia que os merecéis. Hasta que llegue ese día, vamos a disfrutar a tope del privilegio de vivir a vuestro lado. ¡Os queremos un montón!
 
¡¡Abrazos para todos, salud, y muuucha Vida!!
 
Dos perritas especiales buscan familia.
Dos perritas especiales buscan familia.
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