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El amigo más grande del mundo.

02/06/2023

Hace unas semanas, Alejandra y Elena se encontraban en un bosque de su pueblo intentando rescatar a una galguita que había aparecido abandonada. Puerto de Béjar es un pueblo de la provincia de Salamanca que goza de un entorno natural privilegiado. La perrita era bastante desconfiada y estaban barajando cuál sería la mejor estrategia para conseguir desterrarla de la cruel soledad que la tenía cautiva. En esos momentos recibieron una visita inesperada. La silueta de un enorme mastín apareció por la carretera, acercándose hacia ellas.

El amigo más grande del mundo.
Su caminar era lento y balanceante. En su mirada se podía leer la pesadumbre que te habita cuando el dolor se declara inquilino de tu cuerpo. Se dirigió directamente hacia las dos muchachas, creando en ellas la sensación de que, al verlas, el grandullón había cumplido el objetivo que llevaba intentando alcanzar desde bastantes días atrás: encontrar a alguna persona que pudiese ayudarle.
 
En cuanto comenzaron a acariciarlo y dedicarle palabras de cariño, la expresión de su rostro se fue dulcificando. El alivio que para él suponía haberlas encontrado era enorme, y estaba muy justificado. Su estado era lamentable. Lo primero que pudieron observar nada más acercarse, fue que le faltaba su ojito izquierdo; pero enseguida vieron las terribles heridas infectadas que cubrían su zona lumbar. Aquello tenía que estar produciéndole fuertes dolores.
El amigo más grande del mundo.
Finalmente consiguieron coger a la galguita, y los cuatro volvieron juntos al pueblo. Se dirigieron a casa de Manuel, un vecino del pueblo que ama a los animales y no duda en ayudar lo que haga falta al que lo necesite. Este era el caso de GAMBO. Necesitaba ayuda. Sin ser veterinario, tantos años de “rescatismo” le habían otorgado cierta destreza a la hora de practicar curas. Limpió, limpió, y limpió las horrendas heridas de Gambo que aguantaba estoicamente un dolor innegociable, hasta que, con un único gruñido cavernoso le instó a que dejará de hurgar en su dolor. Los primeros auxilios que Manuel dio a Gambo fueron efectivos; ayudaron a que pudiera sentirse un poco mejor.
 
Su relación con los seres humanos es excelente. Le encanta la gente y es cariñoso con todo el mundo. También se lleva muy bien con otros perros. Manuel convive con varios, y desde el primer momento se integró a la manada generando buen ambiente. Dada la situación de Gambo, deciden contactar con su amiga Pilar, que es socia de El Refugio desde hace muchos años. Ella se pone en contacto con nosotros, que pusimos rumbo a la Sierra de Béjar para ir al rescate de nuestro nuevo gran amigo Gambo.
El amigo más grande del mundo.
Siempre es una experiencia bonita conocer a personas sensibles al sufrimiento de los animales. En esta ocasión, poder compartir un buen rato con Pilar, Alejandra, y Manuel, en su casa, fue una vivencia entrañable que enseguida ha encontrado un rincón en nuestra memoria. Bajo la sombra de los árboles de su patio, nos invitaron a un delicioso café de puchero y nos contaron la historia de Gambo con todo detalle (por cierto, la galguita fue adoptada en seguida por una vecina del pueblo). El cariño y la confianza con la que nos trataron, nos hizo sentir que conocíamos a aquellas personas ya de antes.
 
Siempre que alguien rescata a un animal y lo cuida en su casa durante un tiempo, se genera un vínculo afectivo enorme. Cuando llega el día en el que se lo tienen que llevar de allí para poder seguir ayudándolo, se nos hace siempre difícil ver cómo las personas que se tienen que separar del pequeño lloran cascadas de lágrimas. Es un llanto que mezcla pena y alegría en partes iguales. Pena por la despedida de alguien a quien ya quieren muchísimo, y alegría de saber que quienes se lo llevan, lo van a cuidar y ayudar a encontrar la felicidad en su vida. Al final siempre acabamos todos llorando…
El amigo más grande del mundo.
El amigo más grande del mundo.
Ya en manos de nuestro equipo veterinario, comprobaron que le falta su ojo izquierdo, por motivos que es imposible determinar. Las heridas que presentaba en la zona lumbar son granulomas para los que se indicó tratamiento antibiótico. El resto de pruebas realizadas indican que la salud de Gambo es buena. Teniendo en cuenta que es un perrito súper sociable y cariñoso, cabe pensar que vivió siempre con personas que no le dieron los cuidados adecuados, y al entrar en un proceso de deterioro importante, en vez de llevarlo a un veterinario para tratarlo, decidieron abandonarlo. Es muy duro aceptar que exista gente así, pero es real.
 
Gambo ha tenido mucha suerte al poder ser salvado, y merece tener la oportunidad de disfrutar de una vida sana y feliz. Es un ser muy especial. Transmite mucha paz y una energía muy limpia y positiva, que aportará equilibrio a las personas que decidan adoptarlo. Sin duda alguna, quienes lo hagan serán muy afortunados.
 
Gambo, corazón, eres bondad pura. Te queremos muchísimo y sabemos que alguien va a escribirnos a adopta@elrefugio.org para decirnos que quiere que formes parte de su vida, y que te va a querer y cuidar como te mereces, para toda la vida. ¡Verás que sí!
 
¡¡Abrazos para todos, salud, y muuucha Vida!!
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