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Todo lo que no volveré a vivir.

04/05/2022

La pequeña Amira permanecía sentada junto a mí. El sol había vestido el cielo de color azul cielo, y las gargantas de las golondrinas regaban por aspersión el aire de la mañana con sus cantos, declarando de forma oficial la llegada de la primavera. Tras recuperarse de la intervención de la fractura de una de sus patitas, acudimos a la cita con las personas que decidieron adoptarla. Ella no lo sabe; o sí lo sabe, porque, con las orejas tiesas como chancletas, no deja de vigilar los cuatro puntos cardinales del parque en el que nos encontramos. Quizás sabe perfectamente lo que está a punto de suceder (estos pequeñajos son más listos que el aire…).
 
De pronto, Amira estira el cuello focalizando su atención en un punto. La diminuta silueta de dos personas se aproxima lenta y certeramente hacia nosotros. “¡Hola! Tú eres Ramón, ¿verdad?”, pregunté. “¡¡Sí, Nacho, encantado de conocerte, y a ti también, preciosidad!!, exclamó él, al tiempo que se agachaba para abrazar a Amira. Se fue excitando a medida que ellos se acercaban, y en cuanto escuchó sus voces ya no dejó de mover el rabo, e intentar ir a su encuentro.
 
Desde el primer momento Amira parecía consciente de que la aparición de Ramón y José, representaba el final de “todo lo que no volvería a vivir”: frío, hambre, soledad, desprecio, abandono, dolor, enfermedad, peligro. A partir de este momento comenzaba una vida que no tenía nada que ver con lo que había sido la suya, salvo por el hecho de que ella continuaría siendo la protagonista. Este es el momento en el que todas las personas que ayudáis a que El Refugio pueda reescribir el guión de las vidas de tantos pequeños, podéis respirar hondo, cerrar los ojos, y dejar que un intenso y profundo cosquilleo viaje desde vuestros pies hasta la coronilla. Sentíos orgullosos y felices, porque Amira, gracias a vosotros, va a ser irremediablemente feliz. 
Todo lo que no volveré a vivir.
Y es que, a veces, tenemos la sensación de que la vida es como las series que tanto nos gusta ver en las plataformas digitales: va por temporadas. El final de una siempre nos deja conteniendo la respiración, deseando conocer el giro de guión con el que nos sorprenderá el arranque de la siguiente. Esto es lo que les ha sucedido a los seis pequeñajos a los que vais a conocer ahora.
Todo lo que no volveré a vivir.
La serie que protagonizan bien podría titularse “En la cuneta”, yel primer capítulo arrancó cuando alguien que circulaba por una carretera secundaria de la provincia de Almería encuentra a un cachorro de perro que había sido atropellado, tirado en el arcén. Al acudir a socorrerlo, intuyó acertadamente que cerca podría haber más miembros de su misma camada: ¡bingo! A escasos metros del arcén halló a sus cinco hermanitos, cuatro de los cuales parecían fotocopias de la atropellada, que ya está recuperada.
Todo lo que no volveré a vivir.
¡¡Vaya seis perlas!! Podemos aseguraros que si cogéis en brazos a cualquiera de ellos durante cinco segundos, caeréis fulminados de amor y ya no podréis soltarlo jamás. Cinco son chicas, y todos son “anuros” (una pequeña deformación genética produjo que naciesen con medio rabito).
 
*Si alguien piensa que es sencillo conseguir esta instantánea en la que se ve a estos seis pimpollos tan modositos, la siguiente foto y la inmensa paciencia de nuestras compañeras demuestran que no. No es sencillo…
Todo lo que no volveré a vivir.
El último capítulo de la primera temporada de “En la cuneta”, finaliza con los seis pequeños siendo acogidos por El Refugio, quienes hacemos a los espectadores un llamamiento para que escriban a adopta@elrefugio.org si quieren participar en el primer capítulo de la segunda temporada, en el que previsiblemente todos los pequeños serán adoptados por familias con las que vivirán un sinfín de aventuras a lo largo de quién sabe cuántas entregas más de esta entrañable saga.
Todo lo que no volveré a vivir.
Todo lo que no volveré a vivir.
Todo lo que no volveré a vivir.
Todo lo que no volveré a vivir.
Todo lo que no volveré a vivir.
Todo lo que no volveré a vivir.
Todo lo que no volveré a vivir.
Nos sentimos muy felices por tener a estos peques entre nuestros brazos, y saber que muy pronto estarán en sus respectivos hogares, seguros, amados, y felices. Binnie, Cumín, Uka, Rúa, Buba, Rissa: ¡¡os queremos un montóóón!!
 
¡¡Abrazos para todos, salud, y muuucha Vida!!
 
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¡Miles de pequeños que han sido abandonados, te lo agradecerán eternamente!
Todo lo que no volveré a vivir.
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