El ser humano inventó el puente como elemento arquitectónico que le permitiera salvar obstáculos que le impidan evolucionar en su camino, como atravesar profundos valles, o cruzar de una orilla del río a la otra. Exactamente eso es lo que acaban de hacer 11 de nuestros queridos peludos en este pasado Puente de la Constitución; han pasado de la orilla del abandono, a la de la ternura de un hogar cálidamente feliz.
11 adopciones en cuatro días que, para nosotros, más que para nadie, han sido de fiesta. 11 cambio de radicales de vida, 11 pequeños para los que la vida no comenzó de la mejor de las maneras posibles. Cambios tan totales como el de Benitinha, que pasó de estar abandonada en un pueblo perdido de Guadalajara donde algunos vecinos la maltrataban, a vivir con Carmen y Human, que le han entregado sin reservas, las llaves de su hogar y sus corazones.
Unas adopciones que no podían haber llegado en mejor momento, puesto que hace tan solo dos semanas leíamos con tristeza la noticia de que la venta de perros y gatos ha aumentado frente a la de adopciones. Un dato que nos hizo reflexionar y sentir que, como sociedad, sigue habiendo muchas cosas que no estamos haciendo bien.
Desde El Refugio, nuestra obligación es continuar impasibles al desaliento, e insistir hasta la saciedad en que muchas de las veces que alguien compra un animal, está contribuyendo a un comercio ilegal que lucra a canallas delincuentes que producen dolor y muerte a millones de animales cada año, además de negar una oportunidad para tener una vida digna, a cualquiera de los que más la necesitan: “Los Abandonados”.