En la vida, hasta las más grandes desgracias pueden albergar algo bueno; por ejemplo, la posibilidad de intervenir para paliar los daños que generan y, a veces, incluso, evitar que lleguen a producirse. Así ha ocurrido con el caso del buen perrito “Colombo”. Fue abandonado en la comarca que rodea el granadino macizo montañoso de Sierra Nevada. Devorado por el hambre, perseguido por los peligros, acechado por los bichos y empapado en miedo y desconsuelo; así fue avistado por una muchacha que decidió utilizar esa carta que cada desgracia guarda en la manga, la de intervenir en ella; y se puso en marcha. Preguntó, difundió, llamó, escribió, contactó. Y contagió, porque más personas hicieron lo mismo, hasta que nos llegó su caso y tuvimos ocasión de ir a rescatarlo. ¡Es maravilloso! Hace pocas semanas, el pequeño Colombo vagaba junto a una encapuchada de negro que portaba una guadaña, y hoy podemos verle tan feliz, en esta preciosa foto, con la familia que lo ha adoptado.
Así de poderosos son los resultados que somos capaces de obtener los humanos, cuando decidimos ponernos de acuerdo para colaborar en la resolución de problemas. Si tú ya colaboras con nosotros: ¡enhorabuena, disfruta a tope de lo que puedes estar sintiendo ahora mismo al ver esta imagen, porque eres responsable directo de que haya podido ser realidad!
Y si todavía no lo haces, pero quieres ayudar a salvar la vida a cientos de perros y gatos abandonados que están ahí afuera necesitando que les echemos una mano, te recordamos que puedes ser socio de El Refugio desde tan solo 3 € al mes; Colombo y Melvin y Leda y Julieta y Collie y Phil y Castor y Danna y Jeremías y Naika y Orelia y muchos peludos más, te estarán eternamente agradecidos. ¡Nosotros también!
¡¡Abrazos, salud y muuucha Vida!!
