Llegó a nuestras manos esta reflexión y hemos querido compartirla porque la suscribimos al 100%.
Describe a la perfección el bondadoso carácter de nuestros mejores compañeros y lo muchísimo que podemos aprender de ellos. No son mascotas, son auténticos ejemplos que enriquecen la vida de todos aquellos que somos susceptibles de compartir una existencia pacífica y amorosa.