Nos llena de alegría y emoción poder contaros que Yeya ha encontrado un hogar. Por muy difícil que sean los momentos que nos ha tocado vivir, por mucho que parezca que a veces las fuerzas flaquean, siempre ocurre algo que nos ayuda a seguir creyendo en las cosas por las que merece la pena luchar. Yeya, una ancianita a la que rescatamos del más doloroso abandono en Plasencia, hoy está viendo con una familia que la ha acogido de forma incondicional. En un mundo ahogado por recortes, sigue existiendo personas con corazones más grandes que catedrales. A veces las lágrimas también brotan de alegría. Gracias a Marga y su familia por acogerla, y a todos los que habéis ayudado a difundir su caso. Un enorme abrazo para todos!!
