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Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.

20/02/2023

Uno de los fenómenos que afectan a todas las personas que dedicamos nuestras vidas a rescatar a pequeños que han sido abandonados o se encuentran en un entorno inadecuado para ellos, es el de querer llevártelos a casa, desde el momento en el que los tienes en tus brazos, y te miran a los ojos. Te los llevarías a todos. Se genera un vínculo inmediato entre el rescatador y el rescatado. Es un impulso muy poderoso; de no haber aprendido a controlarlo, posiblemente todos los miembros del equipo de El Refugio conviviríamos cada uno en su hogar con unos 350 perros y gatos… Pero en ocasiones, percibes que el vínculo que se ha creado con el pequeño que acaba de cruzar sus ojos con los tuyos, debe perdurar. Es en ese delicado y mágico momento, en el que algo te dice que no debes separarte de él, porque vuestras vidas han de discurrir por la misma senda.
 
Así le ocurrió la otra mañana a una de nuestras compañeras, cuando acudimos a un pueblo de la Comunidad de Madrid donde habían solicitado nuestra intervención. Un caso grave y muy triste. Una mujer que estaba sufriendo violencia de género, se ve obligada a desmontar literalmente su vida a toda prisa, para huir a un lejano lugar en el que intentar comenzar una nueva vida libre de peligro. Ha convivido desde hace años con tres pequeños. A pesar de haber recibido muy escasa ayuda, y contar con recursos económicos ínfimos, milagrosamente ha conseguido encontrar a una mujer que empatizó con su situación, accediendo a alquilarle un pequeño piso por un alquiler reducido. Las condiciones de la vivienda no son adecuadas para que viva una persona con animales, y esta muchacha se ve también obligada a pasar por el trance de tener que separarse de ellos. Este es el motivo por el que solicitó nuestra ayuda, y por el que fuimos a rescatarlos: Suit (6 años), Irma (7 años), y Kikuyu (11 años).
 
Suit es la pequeña que ves en la imagen de arriba, en el mismo momento en el que su vida se unió a la de nuestra compañera. Ella convivía con una perra igualita a Suit, que falleció hace algo más de un año. Esa mirada bicolor provocó que su corazón comenzase a girar como lo hace un molinillo de papel en una tarde de vendaval. Ya no pudo separarse de ella. Hacen buena pareja, ¿verdad? Deseamos que celebréis cada día que viváis juntas; es un regalo que la vida os ha hecho porque, al igual que nosotros, probablemente sabe que las dos lo merecéis. ¡¡Sed muy felices!!

Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Ojalá entre todos, podamos lograr que Irma y Kikuyu tengan tanta suerte como Suit, y podamos encontrar muy pronto familias que quieran compartir su vida con ellos. Irma puede ser adoptada sin problemas. En primera instancia necesita un poquito de tiempo hasta que te conoce, confía en ti, y comienza a manifestarte su cariño. En el caso de Kikuyu, dado su estado de salud, estamos buscando a una persona que esté dispuesta a acogerlo de forma permanente en la última etapa de su vida. Tiene problemas de piel, y estamos realizando pruebas que nos ayuden a diagnosticar con certeza otras posibles afecciones. El Refugio cubriría sus gastos de manutención y tratamientos veterinarios durante el resto de su vida. Si quieres ayudar a Irma o a Kikuyu, sólo tienes que escribirnos a adopta@elrefugio.org adjuntando un teléfono de contacto y te llamamos.  
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
La estampa que ahora ves, se repite en cada pueblo de nuestra geografía. Una explotación agrícola como hay miles. Montañas de heno, montañas de trastos; torres de cajas y herramientas oxidadas que vivieron más de una guerra. Una especie de nave agrícola, donde un racimo de pequeños perricos aparecen y desaparecen con igual rapidez, bajo los tractores, entre las balas de paja, o asomando la cabecilla entre amasijos de hierros retorcidos y maderas petrificadas.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Son una camada no deseada de 5 cachorros a los que hemos rescatado en un pueblo de la provincia de Segovia para evitar que, más pronto que tarde, acabasen convirtiéndose en perros abandonados.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Los cinco son cariñosos, divertidos, y con toda una vida por delante. De adultos van a ser de tamaño pequeño - mediano. Si estabas pensando en incorporar un canijo a tu vida, esta puede ser una buena ocasión. Escríbenos a adopta@elrefugio.org y te organizamos una cita para conocer a estos pequeños adorables. Naï, Olgui, Pil, Pop, y Rín: ¡muy pronto estaréis todos en casita, seguro!
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Esta es otra de las postales que podrás ver en cualquiera de las provincias españolas: un mastín abandonado al borde de la carretera, cerca de una gasolinera. Y el que aparece en ella, se llama Calvin. Tiene nombre porque hace varias semanas, un miembro del equipo de El Refugio se dirigía hacia el sur para disfrutar de unos días de descanso. Al parar a repostar en una gasolinera de la provincia de Sevilla, vio a este guapetón a lo lejos, y de inmediato, sobre su cabeza se encendió un luminoso que decía: “me han abandonado”. Le sacó esta foto y se acercó hasta él. Calvin estaba deseando que alguien le hiciera caso y le echase una manita. Tras un largo rato de mimos y amorcito, lo alimentó generosamente y habló con la chica que trabaja en la gasolinera. Le explicó quién era, y que tenía intención de rescatarlo, pero no la posibilidad de llevarlo con él durante el viaje. La chica, con plena voluntad de ayudar, se comprometió a acoger al bueno de Calvin en la parcela de su casa, y cuidarlo hasta que nuestro compañero emprendiera su viaje de vuelta. Y así lo hicieron.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Calvin es un perro increíble. Es amoroso a más no poder. Es el mejor amigo que nunca podrás tener. Su nobleza y bondad no tienen fin, y tiene tan solo tres añitos. Si quieres conocer a Calvin, escríbenos a adopta@elrefugio.org y te organizamos una cita con él. Lo está deseando. No te arrepentirás, es un perro muy especial. Te está esperando.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
La historia que vamos a contarte a continuación es de esas que nos dejan callados, y nos hace llorar sin poder parar. De pena infinita, también de rabia, pero, sobre todo, de ternura. A este ángel la hemos llamado Mimitu. Este es el momento en el que la encuentra una vecina de un pueblo de Almería, abandonada en mitad de la calle, infestada de pulgas, y famélica. A penas se tenía en pie. Lo más triste de su historia es que, al parecer, según comentó alguien al verla, es una perrita que ha pasado los catorce años de su vida, uno tras otro, malviviendo atada bajo un remolque de quién sabe quién, en quién sabe dónde, para acabar abandonándola en un estado de salud lamentable…
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Quizás sus ojos digan más de lo que somos capaces nosotros. No tenemos palabras, sólo lágrimas. Lo único que podemos decirte es que nos sentimos conmovidos por haber podido rescatarla de una situación tan crítica y despiadada, y que nuestro compromiso con ella es hacer todo lo que esté en nuestras manos para conseguir que pueda pasar los últimos meses de su vida en el entorno de un hogar, junto a una persona bondadosa que le haga el regalo de conocer lo que es haber vivido recibiendo amor, antes de partir de este mundo. El Refugio se hace responsable de todos los gastos para su manutención y cuidados veterinarios. Por favor, si quieres ser tú quien le ofrezca a Mimitu este inmenso regalo de vida, escríbenos a adopta@elrefugio.org
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Cuando tus ojos se cruzaron con los míos.
Mimitu, amor, te queremos con el alma y esperamos poder publicar muy pronto una foto tuya en la que se te vea durmiendo en una camita, en el salón de un hogar precioso repleto de amor, dignidad, paz, y dulzura en cantidades cósmicas.
 
Esta publicación ha ido cargada de casos muy sensibles, pero la vida es así y según han ido sucediendo, hemos querido compartirlos contigo. Ojalá en próximas publicaciones podamos ir relatándote cómo se ha ido solucionando cada uno de ellos.
 
Gracias siempre por estar al otro lado de este hilo de comunicación, que sirve de instrumento para salvar las vidas de muchos pequeños que se encuentran en peligro.
 
¡¡Abrazos, salud, y muuucha Vida!!
 
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¡Gracias a ti, muchos miles de pequeños pueden disfrutar hoy de una vida sana, segura, y feliz! 
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