La llegada del verano trae indefectiblemente una serie de imágenes inherentes a la calurosa estación. Por desgracia, tenemos que decir que, cada año, es tan frecuente ver piscinas repletas de gente en chancletas, como cajas de cartón rebosando camadas enteras de cachorros abandonados. Es tristísimo, pero es real. Por más que insistamos desde el ámbito de la protección animal, en la necesidad de esterilizar para evitar tener camadas no deseadas, la realidad sigue siendo la misma, y parece haber ahí afuera multitud de gente que no es permeable a nuestro mensaje. Imaginad por un instante, la cantidad de pequeños que estarán siendo abandonados a diario, y no estén siendo capaces de soportar las tan elevadas temperaturas que nos están azotando.
Por más que nos embarguen la indignación y la pena, lo mejor que podemos hacer es intentar ayudar a todos los pequeños que han sido encontrados vivos, para los que se nos solicita ayuda. Ver sus tiernas miradas y sus pequeños cuerpecitos, es la parte dulce de estos desastres; poder mirar cara a cara a los milagrosos supervivientes de la convivencia con una especie humana a la que, desde hace mucho tiempo, parece habérsele ido de las manos demasiadas cuestiones vitales.
Con el corazón en la mano y la esperanza de que muchas personas quieran ayudarnos a encontrar buenas familias para ellos, os presentamos a los cinco canijos que acaban de llegar a nuestros brazos para formar parte de la gran familia de El Refugio. Llegan todos desde Almería, provenientes de dos abandonos diferentes: uno en mitad del campo, y el otro en la playa de Adra (ambos encontrados a pleno sol del mediodía, cuando la temperatura era superior a 40 grados). Es un auténtico milagro que hayan podido salvar la vida, así que ahora nos toca ayudarlos a que esa vida pueda ser digna, sana, y segura. Si quieres adoptar a alguna de estas diminutas preciosidades, por favor escribe un e-mail a adopta@elrefugio.org adjuntando un teléfono de contacto, y nosotros te llamamos.