La historia de Yaki es agridulce. La parte dulce es que hemos podido poner fin a la parte agria de su vida, que ha sido toda. Hemos conseguido sacarlo del entorno donde ha vivido desde que nació: 9 años confinado en una azotea de una casa de Sevilla, sin pisar la calle.
Como decimos, la parte buena de esta tristísima historia es que ahora está con nosotros, recibiendo todo nuestro cariño y deseando que alguna de las personas o familias que visitan nuestro Centro de adopción con intención de hacer crecer su familia con un miembro perruno, se fijen en él y lo quieran para siempre.
La extrema urgencia surge porque Yaki no se ha adaptado bien a la vida en el Centro, está muy estresado y apenas come. Se está quedando muy delgado y necesitamos ayuda urgente para él, ya sea alguien que pueda acogerlo en su hogar hasta que surja un adoptante definitivo, o bien alguien que esté valorando la opción de adoptar un perro mayor. Yaki es un perro de los que te lo ponen fácil desde el principio y que te permiten disfrutar de la experiencia de convivir con un perro desde el primer día: dócil, simpático, cariñoso y obediente. No es de tamaño muy grande pero su presumible cruce con galgo lo hace parecer jugador de basket: es alto y espigado.
Queremos recordar a cualquier persona que esté dispuesta a acogerlo en su hogar, que El Refugio cubre todos los gastos de alimentación, así como cualquier necesidad que Yaki pueda tener durante su periodo de acogida.
A ver si entre todos podemos ayudar a Yaki, injustamente ha tenido una vida muy dura, merece poder conocer la otra cara de los humanos, la buena, la que merece la pena.
Tanto si quieres acogerlo, como adoptarlo, por favor escríbenos un e-mail a adopta@elrefugio.org adjuntando un teléfono de contacto y nosotros te llamamos.
Muchas gracias a todos por estar siempre ahí, escuchando, compartiendo y ayudando.
¡Abrazos para todos, salud y muuucha Vida!