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La increíble adopción de Catalina Morgan.

18/10/2020

Un náufrago lleva varios días a la deriva en mitad del inmenso Océano Pacífico, en una pequeña balsa hinchable. Los pocos víveres deshidratados y el agua potable del pequeño kit de supervivencia, dejaron de existir. De pronto, en mitad del silencio, percibe un suave y penetrante zumbido. Mira al cielo, y el sol cegador apenas le permite ver un pequeño punto desplazándose en línea recta. El sonido proviene de los motores de un avión. El corazón le da un vuelco, y con las pocas fuerzas que le quedan, comienza a rebuscar a trompicones entre los desordenados y escasos enseres de la barca. La avioneta se aleja poco a poco. Al fin consigue encontrar lo que buscaba: la pistola de bengalas.
 
Solo tiene una bengala. Solo tiene una oportunidad para que alguien sepa que está allí y pueda socorrerlo, o no conseguirá salir adelante. Apunta hacia el cielo, contiene la respiración, aprieta el gatillo, y la explosión del tiro le congela el latido del corazón. Mientras la fucsia bengala asciende hacia las nubes dejando tras de sí una culebrilla de humo blanco. ¡Pummm! Tras la brillante explosión, el avión continúa alejándose, y las briznas de la bengala van cayendo lentamente hacia el mar, como lágrimas de luz, mientras la esperanza se disipa a la misma velocidad que el aeroplano.
 
Todos hemos visto esta secuencia en más de una película, y nuestra respiración ha permanecido también interrumpida mientras nos agarrábamos al cojín, rogando: “¡No, no, no! Por favor, no puede ser que no lo hayan visto… Por favor, que se dé la vuelta ese maldito avión! Y al final, cuando parecía que todo estaba perdido, el aparato comenzaba a girar. Una de las personas que viajaban en él, había visto la bengala. ¡Estaba salvado!
 
Pero, ¿y por qué te contamos todo esto? Pues muy sencillo. El pasado 2 de septiembre publicamos el caso de Catalina Morgan, una perrita a la que el abandono, y muy posiblemente el maltrato, dejaron secuelas psíquicas que fraguaron en su alma un miedo difícil de erradicar. A partir de ahí, somos nosotros los que nos encontramos con Catalina, flotando en una balsa en mitad del océano. Publicar su caso es disparar la pistola de bengalas, y a bordo del avión que surca el cielo, vais todas las personas a las que llega la publicación. Tratándose de un caso difícil como el de Catalina, tras disparar la bengala se nos paran la respiración y el latido del corazón, rogando que el avión no siga alejándose, que gire. Cada hora sin recibir un e-mail o una llamada, el avión se va haciendo más y más pequeño.
 
Pero a las pocas horas de lanzar el SOS, Ana Isabel se puso en contacto con nosotros y nos dijo: “Tengo la certeza de que somos nosotros quienes debemos ayudar a Catalina. Nosotros seremos su familia”. En sus palabras no cabía una brizna de duda. Entonces, volvimos a respirar. Carlos y ella han formado una hermosa familia integrada por dos hijos en plena juventud, Diego y Hugo, y dos pequeños perritos, Duna y Spunete. En principio, Catalina iba a tener todo el amor del mundo humano y perruno, pero dadas sus especiales condiciones afectivas, habría que ver si se integraba bien en el entorno familiar, si era capaz de aceptarlo como suyo.
 
En este punto, os vamos a contar el detalle que os permitirá dimensionar la generosidad de Ana Isabel y su familia. Las primeras semanas de Catalina en casa no fueron del todo fáciles. Eran demasiados cambios juntos y le costaba asimilarlos. Entonces, reflexionando sobre qué más podrían hacer para ayudar a la pobre Catalina, recordaron que cuando les contamos su historia, les dijimos que desde que llegó a nuestro Centro de Adopción, compartió espacio vital con Coelho, un bondadoso perrito al que rescatamos del abandono con 6 seis meses de edad, en el madrileño Barrio de la Fortuna. Ahora tiene 2 años. Desde el principio fue su fiel compañero. Aquí podéis verle cuando llegó a nuestras vidas.

La increíble adopción de Catalina Morgan.
A la mañana siguiente, recibimos una llamada de Ana Isabel: “Nos dijisteis que el único ser que no produce inquietud a Catalina, el único en quien confía y que le proporciona paz, es el perrito que vivía con ella en su cabaña de El Refugio, ¿verdad? Bien, pues queremos adoptarlo también.
 
A lo largo de todos estos años rescatando animales del abandono para entregarlos a familias responsables que los integraron en sus vidas, hemos tenido la posibilidad de conocer a un auténtico ejército de buena gente; personas de sentimientos limpios y corazones generosos, capaces de empatizar con el dolor ajeno, y de actuar para mitigarlo. Pero hemos de reconocer que el caso de Ana Isabel y su familia, nos ha marcado para siempre de forma especial. Ella fue la persona que vio la bengala de emergencia, a través de su ventanilla del avión, y dio indicaciones al piloto para cambiar el rumbo de aquel vuelo (siempre agradeceremos al Universo que aquel día no le diese asiento de pasillo…).  
 
Catalina Morgan, te llamamos así para intentar aportar una nota de alegría a una vida que hasta entonces había sido demasiado dramática. Nosotros hicimos por ti todo lo que pudimos, y afortunadamente han aparecido en tu vida las personas que pueden darte lo que realmente ahora necesitas: tu hogar, tu lugar en el mundo desde el que poder mirar el amanecer a través de una ventana, y decirle adiós al que fue tu fiel compañero durante tanto tiempo: el miedo. Nunca podremos agradecer lo suficiente a esta familia, todo lo que están haciendo por ti (y por Coelho).
La increíble adopción de Catalina Morgan.
Esta historia nos ha producido una profunda emoción, y nos da mucha fuerza y esperanza para poder continuar trabajando en resolver la multitud de complejos casos que nos quedan por delante. Gracias siempre a todas las personas que nos ayudáis de cien mil formas distintas, ¡es muy reconfortante sentir vuestro calor tan cerca!
 
¡Enhorabuena, Catalina Morgan y Coelho! Nadie, nunca, pudo imaginar que tras el hecho de que el abandono os juntase, acabaríais siendo familia para siempre: ¡¡PRECIOSA HISTORIA!!
 
¡Os querremos siempre!
¡¡Abrazos para todos, salud y muuucha Vida!!
La increíble adopción de Catalina Morgan.
La increíble adopción de Catalina Morgan.
La increíble adopción de Catalina Morgan.
La increíble adopción de Catalina Morgan.
La increíble adopción de Catalina Morgan.
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