Se ha celebrado en el Juzgado 15 de lo Penal de Madrid el juicioa un Cabo 1º del Ejército, por disparar y matar presuntamente a Negrito, un gatito de casi un año de edad, propiedad de un soldado que vive en dicho cuartel; los hechos sucedieron el 25 de septiembre de 2015.
Desde El Refugio nos personamos como acusación popular, pidiendo la pena máxima establecida en el Código Penal, que es un año de cárcel, así como la inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier profesión u oficio que tenga relación con el cuidado, custodia o compraventa de animales domésticos, por tiempo de dos años.
Los hechos, según consta en las actuaciones, sucedieron el 25 septiembre de 2015 sobre las 12 horas, cuando el Cabo 1º, Pablo Y. T., se encontraba encargado de la Sección de Jardines en las instalaciones de la base área de Cuatro Vientos, en Madrid. Al encontrarse a Negrito (el gatitodel soldado Francisco S. R.), pese a saber que pertenecía a dicho soldado y convivía con él en las instalaciones militares, sin motivo ni justificación y supuestamente con la única finalidad de acabar con su vida, va a buscar una de las carabinas de su propiedad que guardaba en el vestuario de su puesto de trabajo y le dispara certeramente, impactando un perdigón en los pequeños pulmones de Negrito. El proyectil salió por el hemitórax, lo cual produjo instantáneamente la muerte del animal.
Acto seguido, presuntamente, recogió al gatito y lo introdujo en una bolsa de plástico, tirándolo al contenedor de basuras cercano al lugar de los hechos; algo que fue observado por el denunciante y otros dos testigos, compañeros del cuartel.
El denunciante, según consta en las actuaciones, tenía conocimiento de que el Cabo 1º poseía un arma de aire comprimido que había utilizado en innumerables ocasiones para abatir a los animales que pacían por el acuartelamiento.
El día 30 de septiembre, a las 11.30 h., dos agentes del Seprona de la Guardia Civil de Tres Cantos, realizaron una inspección ocular, con la extracción del gato doméstico Negrito, que se hallaba enterrado en la Base Aérea de Cuatro Vientos, Madrid.
“Desde El Refugio damos las gracias al Seprona por su excelente investigación y celebramos haber conseguido sentar en el banquillo de acusados a este presunto maltratador. Pedimos la pena máxima establecida en el Código Penal, que es un año de cárcel, confiamos plenamente en la Justicia”. Concluye Nacho Paunero, presidente de El Refugio.