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“La veterinaria que se hizo leyenda”.

22/11/2022

Fundada por el Imperio Romano en el año 25 antes de Cristo, la ciudad de Mérida (Emérita Augusta) ha sido testigo de grandes batallas a lo largo de toda su historia. Romanos, musulmanes, visigodos, mozárabes, y cristianos, lucharon observados por los atentos ojos del Guadiana a su paso bajo el hermoso puente de piedra que lo cruza. Ayer, la ciudad volvió a ser testigo de otra batalla histórica, pero esta vez se trata de una batalla legal entre togas y jeringas.
 
Me explicaré; pero para poder hacerlo, debemos remontarnos al día 25 de agosto de 2019, cuando tras el aviso de un vecino, una patrulla del SEPRONA de la extremeña localidad de Hornachos, halla el cadáver de un perro en avanzado estado de descomposición, en el término de Ribera del Fresno. Según palabras textuales que constan en el documento de acusación, “tras gestiones realizadas con el RIACE (Registro de Identificación de Animales de Compañía de Extremadura), se identificó al animal a través del microchip, tratándose de “Borrasca”, una galga utilizada para la caza, siendo su propietario Francisco G. M., quien en el mes de enero de 2019, y sin que la perra tuviera ninguna lesión o enfermedad, pero no satisfaciendo sus expectativas para cazar, decidió su sacrificio, llevándola a la veterinaria Soledad S. S., a quien entregó 15 € por los servicios de sacrificio que realizó mediante inyección, y tramitación de baja del animal por muerte en el sistema del RIACE, siendo la causa “accidente”, para después, el mismo propietario, deshacerse del cadáver enterrándolo en el lugar donde fue hallado”.

La veterinaria que se hizo leyenda.
La Guardia Civil comienza a tirar de este hilo para terminar llevando a cabo una investigación tan minuciosa como impecable, en la que 11 cazadores y la susodicha veterinaria acaban siendo acusados por hacer lo mismo que acabamos de relatar, a un total de 41 perros (27 de ellos eran galgos). Es bien sabido que muchos cazadores se deshacen de aquellos perros que, por el motivo que sea, ya no quieren. La mayoría los abandona, les mete un tiro, los ahorca colgándolos de las ramas de los árboles, o los arroja vivos a profundos pozos. Pero estos 11 cazadores, presuntamente, cuando ya no querían a alguno de sus perros, acudían a “La Sole” quien, por un precio muy inferior al oficial y sin suministrar sedación previa, mataba a los animales y los daba de baja en el registro por “accidente” o “enfermedad”, como causa de la muerte.
 
Desde el mismo momento en el que tuvimos constancia de los hechos, El Refugio se presenta como acusación, solicitando para la veterinaria un año de prisión por cada uno de los 41 delitos de maltrato a animal doméstico, accesoria de inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo e inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales o su tenencia por tiempo de cuatro años. Así mismo pedimos para ella 3 años de prisión por un presunto delito de falsedad documental. En el caso de los propietarios de los animales sacrificados, pedimos la pena de un año de prisión por cada animal maltratado, accesoria de inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo e inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales o su tenencia por tiempo de cuatro años. 
 
Tres años y tres meses después, en concreto ayer, tuvimos la ocasión de ver a todos ellos sentados frente a una jueza para iniciar un juicio histórico en España, en el que pedimos para ellos un total de 85 años de cárcel. Una batalla legal que se va a librar “entre togas y jeringas”. Los cazadores llegaron al Juzgado de Instrucción Nº 1 de Mérida “en manada”, y así se mantuvieron todo el tiempo hasta que entraron en sala. Cuando tuvieron que pasar por delante nuestro, bajaban la cabeza y nos daban la espalda, intentando evitar que los fotografiásemos. A “La Sole” nos costó un poco más encontrarla porque entró en el edificio antes que nadie, y se mantuvo enmascarada y escondida tras de la puerta que daba acceso a la sala donde se iba iniciar el juicio contra ella. Aquí los tenéis.
La veterinaria que se hizo leyenda.
Y hemos estado pensando que, si todos sostienen que son inocentes de los presuntos delitos por los que se les acusa, entonces ¿por qué se esconden y enmascaran? ¡No tiene sentido! Quien dice ser inocente, no tiene por qué esconderse; así que pensamos que estaría bien hacer alguna fotografía en la que ver sus rostros (bueno, en el caso de “La Sole” lo único que vas a ver es pelo, porque nada más sentir nuestra presencia, se echó la melena por encima de la cara).
La veterinaria que se hizo leyenda.
La veterinaria que se hizo leyenda.
La veterinaria que se hizo leyenda.
Bueno, pues ya solo queda esperar para conocer el veredicto final. Puede que los condenen o puede que los absuelvan. En cualquier caso, nosotros vamos a realizar nuestra labor hasta el final para intentar lograr la opción A. Lo que sí nos gustaría hacer antes de finalizar esta publicación, es dedicarle a “La Sole”, esa persona que hizo la carrera de veterinaria con la intención, y bajo la obligación de proteger la salud y la vida los animales, que, sin saberlo, Sole, acabas de convertirte en leyenda. Hay quien dice que cuando un perrillo muere, nos deja. Pero eso no es verdad; ellos mueren, pero no nos dejan nunca; permanecen siempre a nuestro lado, a lo largo de los años, allá donde vamos. A partir de ahora, cuando alguien que no te conozca te vea caminar por la calle, preguntará: ¿quién es esa mujer a la que siguen 41 perrillos flacos? Y que sepas que te van a seguir cuando vayas al banco, a la ferretería, a la farmacia, o al baño. Y ¿sabes lo que pasará cuando salgas de comprar en el supermercado, Sole? Que los 41 estarán allí, juntos, callados, y sentaditos en la puerta esperando a que salgas, mirándote con los mismos ojillos brillantes con los que te miraron en el momento en el que presuntamente los pinchabas para matarlos de forma tan dolorosa y cruel. Te van a acompañar para el resto de tus días; así que, Sole, disfruta de su compañía, es la más fiel que vas a poder conocer. Como son muchos, vamos a recordarte cómo se llamaban para que cada día puedas tratarlos por su nombre: Borrasca, Torera, Porreto, Candela, Rumba, Loli, Niebla, Lara, Rata, Jara, Camarada Cabrero, Bartola, Ligera, Isabela, Chico, Careta, Ligera, Everest, Quinta de los SV, Bora, Symba, Gaspalín, Mesi, Luna, Flaco, Morena Cachopo, Mori, Kika, Toby, Layca, Mori, Maya, Gitana, Macuto, Leona, Zagalón, Gorda, Libélula, y Currino.
 
Sabemos que son muchos y que te va a costar aprendértelos todos, pero con un poco de esfuerzo lo conseguirás (no te angusties, Sole, tienes toda la eternidad para lograrlo). Y siéntete orgullosa porque ya eres leyenda: “La leyenda de la mujer a la que seguían 41 perrillos”.
La veterinaria que se hizo leyenda.
¡¡Abrazos, salud, y por favor, un poquito de Justicia!!
 
Si quieres ver en vídeo lo que ocurrió ayer allí, pincha en esta imagen:
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